jueves, 2 de julio de 2015

Te vendo



De los grandes que escribieron
A más de salto he de volar
Cuerpo injerto, mente nubla
Una caja de zapatos, y un zaguán

Las presas de los ritmos
Jaulas de fina letra
Tu mirando al mar de Cádiz
Yo la pluma, el boli, la métrica

Sonatas, bandurrias de cansinos
La guitarra sin cuerda, el sonido
El punzón que pincha y trastoca
El recorte del periódico, la matriz

El pirata que llaman, por cobardía
Por lamento, entre tinieblas
Las auroras, te vendo
Un sinfín de versos sueltos

La pared con humedades
La cara ajena, el gesto suave
Los pies descalzos, la mirada
El pálpito del hilo mientras te escapas

El balcón de tu casa, la ronquera
El cubata de menos, la distancia
El tinto de verano, el frio
El cielo que te pinté cuando estaba nublado

 Las niñas que crecen demasiado deprisa
El sueño, los tragos,
El veneno que se improvisa
La mitad de la mitad de lo que he sido

El vestido de fiesta
Los bailes, las promesas,
La sandalia sin huella
La cena fría, la despensa

Los tornillos de tinta en el tintero
Las letras, las canciones, los sonetos
La boda de un amigo, mi reserva
El vals de “allí a tu lado”,  descalabro

La “santa” inquisición, los regazos
El mester de juglaría, los picassos
La cintura de avispa, el destino
La nación donde acampo, la salida

El sin techo  sin malicia
La ventana abierta, el infinito
El horizonte cercano y la maleta
La voz en off, las orquídeas

La playa que mira tú escote
Yo la pluma, los sonetos, las letras
El adiós, que nunca dijo
El aire en movimiento, la veleta

El sonido de los pasos cuando duerme
El talud en una cuesta, el pantalón
Los verdes prados, la tristeza
La huida de vocablos, mi corazón

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