Las palabras no son
nada
Ni siquiera son el
borrón de tinta
Que suspira y te
atrapa
Las palabras no son
nada
No son ni el desgaste
de una mente
Ni una parábola, ni
un ingente
Parafraseo de
taradas, banas
Y escuetas menudeces
Las palabras no son nada
Los escritos, los
periplos, las personas
No son apenas nada.
Las manchas de tinta
en una hoja
A punto de parir se
me entretienen
Y apenas alcanza,
para ver
Las comas, los
puntos, la íes
Los conceptos que
entrelazan
La misma cornada que
se antoja
Las palabras no son
nada
El avispero azuzado
por la mano
Te persigue, te
rebusca y te atormenta
Te mantiene, te
busca, te encuentra
Te lanza a la cabeza,
los momentos
Los plasma, como un
cartógrafo
Sin conocimiento,
como un autista
Que cuenta, cuenta y
cuenta
Las palabras no son
nada
Apenas el atisbo de
un descalabro
El significado a cada
cual
Con su regalo, su
aprehensión y su reclamo
El camino de las piedras que hipnotiza
El cantar de la luna
o el sol en su periplo
La estación que pasa,
la lluvia que filtra
Los postergos de una
vida
Sin luz o candiles
del olvido
Las palabras no son
nada
Es la misma canción
para todos
Y sin embargo, el
sonido
Te atienta con
presteza a entonar
Diferentes versiones
de uno mismo
En la estrofa, en el
verso, en el dulce caminar
De un nuevo sitio,
aquel que no visitaba
Aquel en el que me
perdía
Aquel en el que las
palabras
No eran nada
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