miércoles, 22 de julio de 2015

" la necedad del narcisismo"



Más que la necedad del narcisismo
Se convierte en obligación, cuando
Sin previo aviso, mientras miro las paredes
Que me envuelven con las hojas de tabaco
Entre cigarros y recuerdo, y me miro, y pienso
En esas letras una a una sin consenso,
En movimiento extraño y sempiterno en la cabeza
Que dan vueltas sin remedio y se entremezclan
Cual avispas en colmena que se quema y te embelesa
Y si callo, y si no escribo y si sigo dando vueltas
En la cama, en la mesa, en el jardín de las especias
De mi casa, en el agua dulce y clara que atraviesa
La manguera en pos de un suelo que arremete con la fuerza
De un sentido sin sentido de metáforas que me avisan
Que tal vez hoy,
Hoy escriba lo que a veces el sonido no se atreve
Y me resbale el aguijón de la tinta en el camino
De baldosas amarillas que me llevan a un hogar
Distinto,
Distinto pero igual al mismo tiempo y me estremezca
La dulce sintonía del vacío en las pestañas
De las sábanas descolocadas que amordazan
Los deslices de una mente acostumbrada
A la desidia, al cansino murmullo del trasiego
De prebendas y consuelos con la misma egolatría
Con la que escribo en estas letras que si vendo
Cuanto tengo, no me alcanza ni una vida
Para demostrar conmigo mismo
Que la sola soledad del hombre
La soledad del traje gris y su remolque
Es más satisfactoria que el regalo de los versos
Condenados a sentirse entre la música sin estrofas
Ni pentagramas de la radio que me suenan
A banderas de unos tiempos que no pasan
Que no queman, que se pierden, que se apresan

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