miércoles, 18 de junio de 2014

Una "tonta" reflexión

Es curioso como actúa la mente humana. Las sinapsis siempre están ahí, actuando, dirigiendo, ejercitando el músculo más importante que tenemos sin apenas darnos cuenta. Existen ocasiones que tratamos de fomentar ese sano ejercicio pero la mayoría del tiempo, es puro instinto que se mueve inconsciente surcando las autopistas lobulares. 
Ocurre que, de buenas a primeras, te encuentras tumbado en la cama, cansado, y con alguna idea o preocupación dando vueltas y más vueltas hasta que el vértigo te encuentra antes que tu a la respuesta. Es en ese preciso instante cuando tomas conciencia de las pulsiones que recorren cada milímetro de tu mente. Prácticamente eres capaz de sentir el estallido eléctrico que sucede entre dos neuronas al crear una idea nueva. Sonará demasiado simple la explicación pero no tengo ningún interés en dar una clase de neurología. 
Lo que trato de escribir es que anoche tuve una de esas noches en las que notas el hormigueo cerebral buscando soluciones a las cuestiones que durante el día has formulado. Cierto es que se vuelve bastante agotador y molesto el pasar la noche en vela, pero cuando tienes una respuesta, por "tonta" que sea tanto la pregunta como la misma respuesta, te levantas con otro ánimo. A pesar de los pelos de loco, las ojeras de golfo y la cara de luchador callejero te sientes un poquito mejor.
Habrá quien dirá que sería mejor dormir placenteramente y encontrar las soluciones durante el día siguiente pues el cerebro nunca deja de trabajar y seguramente tendrá razón, pero, y ésto es solo una humilde opinión, si dejan a un "tonto" divagar por las noches, seguro que molestará menos por el día.

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