Este soneto que aquí escribo es una pantomima
Como un cuadro de Van Gogh al que le faltan las orejas
Los padrastros de unos dedos con reuma
El pincel descabellado que hipnotiza
Esta letrilla es el velo enajenado
El soliloquio de un truhan venido a menos
Los “qué más quisiera” que no me olvido
El tren con estaciones desordenado
Te vendo versos sueltos que improviso
A precio de oro y a
precio de coste
Así me duela el vaivén del horizonte
Compro cientos de amores que descuido
Por la pasta que me quieras
Por el bien de estar encima y a la vera de tu escote
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