Los hilos que
enmarañan nuestra huida
Como olas que el
viento arrastra
Sin saber más
consabido
Que es solo un
misterio que porta el alma
Las bestias que
palpitan y dominan
El fin que en
silencio avanza
Buscando un perro
afligido
Cruzando nuestras
miradas
Torpe galera en
contra
Del agua, de la
marejada
Del incesante
palpitar anodino
En pos de la dulces
playas
Suerte a un tahúr que
atientas
Se mece en el juego
de la venganza
Suelta los dados, los
dedos
La plata por bien
ganada
Pez que muerde un
anzuelo
Tirón de dos bocazas
Dueto en vals de los
postergos
Triste poesía enamorada
Boleto sin premisas,
sin premios
Bolsa en blanco la
dorada
El precio de las
sonrisas sin cuento
Me “cago” en la mar
salada
Brocha, yeso y
engomadura
Pintura, la cal, la
balaustrada
Sinfonía de versos
sueltos
La doma de las
salvajadas
Escaleras a galope
tendido
Una sopa boba, mil y
una caricias
Tebeos de Mortadelo
Frutas sin dulce
estampa
Cuesta entre
pendientes y piedras
Maldito aire acusador
Vete me gritan los
cielos
Mártir puente de la
templanza
Estipendio sin plaza
fija
Centro de muescas,
las varices
Recuerdo ameno, gesto
serio
Una alacena y un
mirador
Ulises cortando el
pelo
Pierde el tiempo
entre felices
Extranjeros de toga
gruesa, arrepentido
De no saber cobrar
mejor
Vuelta y vuelta entre
costuras
El día pasa sin
recordar
Tantas ganas de
valentía
Solo era un sueño
nada más
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