sábado, 27 de junio de 2015

Los hilos de nuestra huida



Los hilos que enmarañan nuestra huida
Como olas que el viento arrastra
Sin saber más consabido
Que es solo un misterio que porta el alma

Las bestias que palpitan y dominan
El fin que en silencio avanza
Buscando un perro afligido
Cruzando nuestras miradas

Torpe galera en contra
Del agua, de la marejada
Del incesante palpitar anodino
En pos de la dulces playas

Suerte a un tahúr que atientas
Se mece en el juego de la venganza
Suelta los dados, los dedos
La plata por bien ganada

Pez que muerde un anzuelo
Tirón de dos bocazas
Dueto en vals de los postergos
Triste poesía enamorada

Boleto sin premisas, sin premios
Bolsa en blanco la dorada
El precio de las sonrisas sin cuento
Me “cago” en la mar salada

Brocha, yeso y engomadura
Pintura, la cal, la balaustrada
Sinfonía de versos sueltos
La doma de las salvajadas

Escaleras a galope tendido
Una sopa boba, mil y una caricias
Tebeos de Mortadelo
Frutas sin dulce estampa

Cuesta entre pendientes y piedras
Maldito aire acusador
Vete me gritan los cielos
Mártir puente de la templanza

Estipendio sin plaza fija
Centro de muescas, las varices
Recuerdo ameno, gesto serio
Una alacena y un mirador

Ulises cortando el pelo
Pierde el tiempo entre felices
Extranjeros de toga gruesa, arrepentido
De no saber cobrar mejor

Vuelta y vuelta entre costuras
El día pasa sin recordar
Tantas ganas de valentía
Solo era un sueño nada más



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