martes, 30 de junio de 2015

De la Espera



De lo estúpido que es esperar
Porque esperar, es estar atento
Pendiente, e inseguro ante quien contesta
O pretende darle a un “me gusta”
Por cortejo.

Esperar son los nervios
La ciencia inexacta que precede
Que te tienta
La cortesía del averno y un oasis
Que precede a la tormenta

Esperar es agarrar una cuerda
Asirte a ella antes que venzan
Las ganas de romper con el silencio
Y gritar que no temes nada
Mentir…. A sabiendas

Esperar es una vela
La cera que desmiembra en el talud
La boca medio abierta entre el suspiro
Y el alud que transpira en la corteza
El viento helado, los dientes prietos
La Espera eres tú

No me pidas que escriba



No me pidas que  te escriba
Como algunos ilustrados
Si lo que debo decir, no tiene duda
No tiene nada, no tiene cura
No me pidas que te escriba
Como si supiera que al escribir
Podría tomar el control, tomar la vida
Tragar el aire que respiro y esperar
Esperar a que un buen día
Lo que escribo, y lo que callo
Se repitan

No me pidas que te escriba
Como si fuera fácil, decir, hablar
Soltar el lastre que me atrapa
Me engatilla y me contrae
Como si las palabras ordenasen
Los balcones de una noche
En la que te fui a buscar
No me pidas que te escriba
Como el tonto, que sin coherencia
Se trajina los enojos, de un nublado
De una noche estrellada, sin la luna
Sin la marejada

No me pidas que te escriba
Como angosto pasillo en Toledo
Como la lluvia en enero
Como las flores en primavera
No me pidas que te escriba
Sencillo, fácil, y sincero
Pues recuerdo que no quiero
Y a la vez deseo y lo pierdo
Entre que puedo y no puedo
Entre tanta tontería

No me pidas que te escriba
Pues al alba empieza el día
Y olvido que no recordaba
Los sueños de mis desvelos
Cuando contigo me perdía

Un tonto entre recuerdos



Buscaba un tonto entre recuerdos
Los cierres de un candado ya oxidado
El tonto, que por tonto no encontraba
Veía en la simpleza lo complicado
Y este tonto, que por tonto no decía
Revolvía todo cuanto trajinaba

Y fue así que encendió la luz
Tras mucho revolver entre tinieblas
Y el tonto, que por tonto no quería
Ordenar sin mover alguna caja
Derrumbó los trastos que contenía
Echando a perder la sala

El tonto, que por tonto no sabía
Sujetar sus impulsos bajo la cara
Soltó una patada al aire, aire que no había
Y en lugar, de mover lo que no estaba
Golpeó sobre los restos sin cabeza
Gritando de dolor, como solo un tonto podría

Y fue cuando el tonto, que por tonto habría
De gritar y maldecir sin coherencia
A las musas y a los cantos que convenían
Sacar su rabia entre tanto insulto
Importando santos de Rusia
Como quien fue a comprar tabaco

Y es que el tonto, que por tonto ansía
Encontrar la llave, la cadena y el cerrojo
Son las cajas de su memoria
Un peligro para el que no sabría
Sujetar como un manojo
Las piedras de las calimas

lunes, 29 de junio de 2015

Harto



Si bien mis pies descansan
Al filo de la pesadumbre
El hartazgo no se espesa
Ni diluye entre corrientes

Estoy harto por lo escrito
Por la claridad de las metáforas
Por el vino arrepentido
Por la sobra de las palabras

Harto con el primero
Con el segundo, con el tercero
Con la labia, y las sonrisas
Con el pie cambiado mientras me habla

Estoy harto del pillaje
De los poemas de amor robado
De los corazones rotos
De los buenos que siempre ganan

Harto por la cobardía
Por la valentía mal encarada
Por los metros, por los kilos
Por la altura de mira en rama

Estoy harto de las bondades
Del camino y del destino
De las señales que me mandan
Y los circuitos ambiguos

Harto del movimiento de los dedos
Sobre el teclado y sus letrillas
De las haches intercaladas
Y los sentidos “ambivalidos”

Estoy harto del niño bueno
Del superhéroe y de sus rescates
De los razonamientos prácticos
Y la mirada en el horizonte

Harto de atajos y mapas
De los años, de miradas al frente
De levantar la cabeza
Y de poner la otra mejilla

Estoy harto de los cinismos
De la redundancia, de los aforismos
De las ideas con otras palabras
De esconderme entre los ritmos

Harto de salvar las vidas
De nadar por todo, de nadar por nada
De beber sin previo aviso
Y tragarme el orgullo en calma

Estoy harto de la inocencia
Del agradecimiento, de la lucha encarnizada
De latir a trompicones, del abismo
De asomarme solo a la ventana

Harto, cansado y agotado
Triste, roto y desmembrado
Supino, entonado, lejos
Harto de estar escondido

Harto que se me escriba
Harto que no se replique
Harto sin gallardía
Harto que componga algo
Y ese nadie que no me siga

sábado, 27 de junio de 2015

Los hilos de nuestra huida



Los hilos que enmarañan nuestra huida
Como olas que el viento arrastra
Sin saber más consabido
Que es solo un misterio que porta el alma

Las bestias que palpitan y dominan
El fin que en silencio avanza
Buscando un perro afligido
Cruzando nuestras miradas

Torpe galera en contra
Del agua, de la marejada
Del incesante palpitar anodino
En pos de la dulces playas

Suerte a un tahúr que atientas
Se mece en el juego de la venganza
Suelta los dados, los dedos
La plata por bien ganada

Pez que muerde un anzuelo
Tirón de dos bocazas
Dueto en vals de los postergos
Triste poesía enamorada

Boleto sin premisas, sin premios
Bolsa en blanco la dorada
El precio de las sonrisas sin cuento
Me “cago” en la mar salada

Brocha, yeso y engomadura
Pintura, la cal, la balaustrada
Sinfonía de versos sueltos
La doma de las salvajadas

Escaleras a galope tendido
Una sopa boba, mil y una caricias
Tebeos de Mortadelo
Frutas sin dulce estampa

Cuesta entre pendientes y piedras
Maldito aire acusador
Vete me gritan los cielos
Mártir puente de la templanza

Estipendio sin plaza fija
Centro de muescas, las varices
Recuerdo ameno, gesto serio
Una alacena y un mirador

Ulises cortando el pelo
Pierde el tiempo entre felices
Extranjeros de toga gruesa, arrepentido
De no saber cobrar mejor

Vuelta y vuelta entre costuras
El día pasa sin recordar
Tantas ganas de valentía
Solo era un sueño nada más