viernes, 31 de julio de 2015

"No preguntes si te escribo"



Y si la duda en la mañana te reserva
Ese hueco que a veces daña lo que dices
No preguntes si te escribo
O son los versos para otra
Y si en ocasiones me retracto y con lo puesto
Me embeleso con recuerdos que se embargan
Y se tiñen de rosales que resisten describir
Tu nombre,
no preguntes si te escribo
O son los versos para otra
Y si al tanteo de las letras y pulsando alguna tecla
Me destapo y me inoculo las espinas que me duelen
Y no registro ni un pedazo de las cosas que vivimos
No preguntes si te escribo
O son los versos para otra
Y si al decir sin decir con Sabinismos
Que maldice lo que digo sin decir apenas nada
Y los nervios que recorren la cordura
Que insensata se desata por querer con entender
Lo que no describo
No preguntes si te escribo
O son los versos para otra
Y si rompo con lo establecido y me dedico
A lo que tantos que no saben dibujar metáforas
Y con supina inoperancia me desdigo y con lo escrito
Te hago un verso que esperabas
Pregúntame por qué lo hago
Pregúntame....
Pues los versos no son nada

jueves, 30 de julio de 2015

"Felicdidades Prima Sara"



Que más dará lo que componga
Si por más que escriba y obedezca
Los sentidos que la vida te regala
No comparan los desquicios de esta mente
Acostumbrada de escritura y egoismo
Tal vez use palabras complicadas y rebusque
Entre estrofas de otros versos que compré
Las mismas rimas que desaten una lágrima
Unas gracias que rebroten del papel
Mas no puedo y es que  la segunda y el primero
Se combinan la pareja que destapa entre
Tantas como hago fes de erratas que sin duda
Más me vale estar callado y sonreírte
Un abrazo, en la distancia y un susurro
“A ver cuando puedo subir a veros”
“A ver si puedo conocer a tanto primo
Que me olvida y se me escapa
Cuando crecen tan deprisa que ni yo mismo
Conozco”
Una última Post Data Prima Sara
Muchas Felicidades con “recibo”

miércoles, 29 de julio de 2015

"Un pasito y otro más, porque el camino Lo hace el caminante y nada más"



Un pasito y otro más, porque el camino
Lo hace el caminante y nada más
Dejando atrás la senda que bifurca
Como agua que rodea alguna piedra
Me desprendo de los miedos, de los sustos
Que no quiero, que no dejan avanzar
Es la suerte que los vinos atesoren
Tanto ahínco de un recuerdo oscurecido
Que se tensa, que se agrieta, y que se va
Tal vez sea el horizonte, la vereda de un atisbo
Que enloquece al más prudente y me desata
Me encasquilla como un arma y envilece
Y que se lleva los refugios en las cuevas de ultramar
Con dos pasos, lo que avanzo, y un reloj
Con la suerte por montera, solo escucho las manijas y el tic-tac
Que a veces para y se retiene, suspira
Solo suspira una par de veces cuando sigue
Con la rabia del destino, y un borrón que no destapa
El tintero en su corriente, las gotas flojas
Que derraman el sentido y su mitad
Que me llevo al coger la curva, los amantes del torcal
Que cayeron al asombro de una sombra
De la mieles del hastío, del peligro de las rocas
Que no quieren, que no pueden dejar de mirar
Complacido el caminante, que sostiene los cayados
Uno por su pierna mala, el otro….
El otro ya da igual, pues la puerta que se cierra
No se debe dejar atrás
Un pasito y otro más, porque el camino
Lo hace el caminante y nada más

"Hoy es uno de esos días"



Hoy es uno de esos días en los que escribo por escribir
Ya no voy a buscar la rima, no la necesito, ni ella me necesita a mi.
Tan solo escribiré frases cortas, al estilo que me gusta
Así como aquel que decía algo, y no parecía nada
Porque sobran demasiadas palabras, demasiados versos
Contrahechos de repuestos de unos cuantos que escribieron
Antes que yo, y lo hicieron, lo hacen y lo harán mucho mejor
Pero esto que aquí escribo no tiene que ver con el ego
Apenas merece la pena pasar por alto el narcisismo engominado
Que deviene entre los “likes” que en ocasiones me sujetan
Y el olvido de unos versos que yo siento cada día.
Es lo mismo que cuando en vela, paso las noches tecleando
Y no sale nada, al menos, nada que merezca la pena, y aun así
Para mí es lo mismo, pues al ser quien lo suscribo
Con dejar que algunas almas, se conmuevan y recuerden
Que pienso en ellas al tiempo que paseo por las letras
De este desgastado ordenador.
No preciso de mucho más en este instante, el sonido
De las chicharras andaluzas me acompañan y la tinta
Con la que mojo el papel antes que pase a limpio
Se sujeta en la terraza que me espera a la vuelta
De los días.
Y es qué es difícil sonreír continuamente, y sin embargo,
Los prefiero a querer desahogarme llorando como un alma en pena
Que sujeta aquellos cirios de la iglesia entablando conversaciones
Con un ente imaginario
O no, no lo sé, no concibo las palmadas en la espalda
De un ser que no se presenta aquí en mi puerta
Y me relata su aventura y su carisma, y sin embargo
Le tengo que buscar en el cielo, perdiendo de vista
A Castor, a Pólux y al sentido antropológico
Que me obliga a sonreír cuando se acierta con menestras
De creencias que dominan la razón.
Pero quién cojones soy yo para decir o deshacer
Cuando respeto y me entretengo en estudiar  como aquel
Que busca una respuesta a una pregunta que nadie formuló
Pero que cojones tengo que decir sobre la verdad o la mentira
Si yo mismo me miento cada día con las luces y las sombras
Que dominan cada estancia de mi cuerpo y con lo puesto
Me dormito entre los libros que acompañan a los genios
Cuando arrecian las palabras que termino.
Tan solo un verso suelto, una cuerda desafinada, ¿la oveja negra?
No, más bien la desdentada, la que acuerda con la hoguera que le ahuyenta
A toda fiera “y si refresca en la mañana, sea mi lana la que encienda otra vez el fuego”

"De lo que dejas atras"



Cuando algo nuevo crece, sea dentro
Sea fuera, sea en la cara que queda alerta
Contemplando cuanto mira y se contenta
Con las ropas avezadas del hermano
Cuando se reinventa, y se postula
Entre músculos cardíacos que refrenan
Y a rebufo regatean por esquinas
Que no tienen donde ir a ningún lado
Cuando dejas que florezca la sonrisa
Picarona entre costillas mal traídas,
Ambiciosa, descarada e insolente
Como guiño apalabrado que suscita
Cuando quemas las cortezas de los robles
De la encina, de los pinos que te crecen
En la orilla junto a sauces que te lloran
Por no ver la luz del día
Cuando sueltas el lastre, y los escombros
Que rezuman como vómito de peces
Entre lares de los bares que de antaño
Te mermaban la salud
Cuando te levantas temprano y el orgullo
Se socaba, se estremece, y te da frío
Y al abrigo del sonido se dislocan
Las miradas que no quieren devenir
Cuando sopla una ventisca, y las hieles
De tu piel que no han dormido con la suave
Sensación del que se marcha y del que viene
Con la vuelta y lo vendido
Ahí, en ese instante, de sonrisas y caricias
Que te llenan y encaminan sin moral,
Y sin malicia, sin la súplica perdida del que toma
Sin dejar lo convenido
Allí, allí estará mi alma descalza,
Cansada y triste y desahogada que pasea
Por las noches con el mismo gesto que antepuesto
Las conductas del abismo